Los neurólogos saben desde hace mucho tiempo que las sustancias alucinógenas activan receptores cerebrales específicos, conocidos como receptores 5-HT2A, por medio de neurotransmisores como la serotonina. Los neurotransmisores son sustancias químicas que las células cerebrales envían a los receptores de otras células para activar en ellas los impulsos nerviosos. El misterio era saber el motivo por el que estos receptores también eran activados por otras sustancias, no alucinógenas. Ahora un grupo de neurocientíficos de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí, de Nueva Cork, encabezados por los investigadores Stuart Sealfon y Jay Gingrich, acaban de desvelar cómo las sustancias alucinógenas, como el LSD o la mescalina, actúan exactamente sobre el cerebro de quienes las consumen.
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