A principios de los noventa se empezó a desarrollar el neuromarketing, intentando estudiar las reacciones del consumidor ante distintos estímulos como por ejemplo colores, tipos de luz o aromas. Y estas investigaciones han ido dando sus frutos. Ahora el marketing intenta influir en el consumidor a través de todos sus canales perceptivos. Aunque el 83% de la inversión publicitaria siga centrada en los mensajes que percibimos con la vista y el oído, empiezan a potenciarse el resto de sentidos, especialmente el olfato.
Se espera que en dos años la inversión en marketing olfativo alcance los 220 millones de dólares.
En España, el consumo de ambientadores ha crecido un 74% en los últimos 4 años.
En 1999, un estudio de la Universidad de Rockefeller (Nueva York) estableció que somos capaces de recordar el 35% de lo que olemos, frente al 5% de lo que vemos, el 2% de lo que oímos y el 1% de lo que tocamos.
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