Hay un enorme cantidad de actividad en el cerebro en reposo que no hemos tenido en cuenta durante mucho tiempo”, dice Marcus Raichle, neurocientífico de la Universidad de Washington en Saint Louis.
¿A qué se dedica el cerebro desocupado? El trabajo de Raichle ha llevado a descubrir un sistema principal dentro del cerebro, un órgano dentro de un órgano, escondido durante décadas delante de nuestros ojos. Algunos lo llaman la dinamo neural de la fantasía. Otros le asignan un papel más misterioso: seleccionar los recuerdos y entretejerlos para formar una narración personal. Haga lo que haga, se pone en marcha en cuanto el cerebro no está ocupado en otras cosas. “Es algo muy importante”, dice Giulio Tononi, neurocientífico de la Universidad de Wisconsin-Madison. “No es muy frecuente que se identifique un nuevo sistema funcional en el cerebro. Es como encontrar un nuevo continente.” No fue hasta la década de 1980 que los investigadores empezaron a percibir que el cerebro podría estar llevando a cabo tareas importantes mientras se ponía en punto muerto. Durante esos días, una nueva técnica de escáner del cerebro, llamada PET, era el último grito. Inyectando glucosa radiactiva y midiendo dónde se acumulaba, los investigadores podían atisbar los trabajos internos de la mente. Usándolo, Raichle se dio cuenta de que pasaba algo extraño: algunas zonas parecían iluminarse durante el descanso, pero se apagaban en cuanto la persona empezaba a hacer un ejercicio.
La mayoría de la gente descartaba estas rarezas tachándolas de ruido al azar. Pero en 2001, Raichle y Shulman publicaron un reportaje en el que sugerían que se habían topado con un “modo por omisión” desconocido, una especie de juego del solitario interno que el cerebro enciende cuando no está ocupado, y que aparta a un lado cuando se lo llama para hacer algo diferente.
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